Seducción* ("¿La Muerte?")

La oscuridad, encegueciéndome, como tantas veces. Y una luz en el fondo de este túnel sin salida, mis ojos encandilados la siguen, pero pareciera huir de mi, pareciera avanzar con mis pasos. Me rindo y me dejo caer, como una piedra en un rincón, quisiera llorar, pero ya no tengo motivos, la desesperación no basta. La desesperación, se ha marchado también de mí. Y esa luz extrañamente, empieza a acercarse. Hasta que se me hace imposible mantener abiertos los ojos y desde mi rincón en el suelo trato de divisar algo. De entender que esta pasando.
Una silueta se acerca a mi, desde esa luz, una silueta invitandome a tomar su mano, una figura difusa, que me sonríe desde sus ojos de nada, siento miedo, pero hace tanto que no reconozco en mi piel el contacto de otra piel y esas manos que me esperan, son tus manos, tantas manos, que me han recogido del suelo, mil veces. Entonces siento como retumban en mi, sus palabras sin voz... y como su abrazo me acoge, antes de sentir el contacto.
Sin soltar mi mano, me conduce y seducida, por su luz, por su fuerza, sólo me dejo guiar en silencio.
De un salto y aferrada a este vacío de esta silueta sin identidad, me encuentro frente a mí, tirada en esa cama vieja, de este viejo edificio, en donde me escondo desde que lo perdí todo. El espectáculo, es grotescamente espantoso. Mi cuerpo desparramado en esa cama. Mis ojos abiertos, perdidos. Una sonrisa de victoria sin gloria en mis labios, mi piel blanca casi trasparente. Y estoy sola, nadie escucho mi grito de auxilio, no hubo super héroe capaz de salvarme de este destino que yo escribí.
Entonces las palabras de esa seductora figura, que se había mantenido en silencio dejandome observar este cuadro cargado de horror, vuelven a sonar en mí, vacías, sin sonido.
-¿Sabes que después de esta muerte, no es el cielo precisamente lo que te espera?
-Si, creo saberlo...
-¿Quieres ir?- asiento- Aún puedes arrepentirte. Aún puedo salvarte.
-No, creo que si lo hice fue para eso.
-No te sueltes de mi, entonces.
Seductora esa figura oscura, que me guía, seductora como la muerte... como el terror de mi muerte.