Mi sueño... despacio.
-No te quites nada más…
Le pidió con voz autoritaria, esa voz que la paralizo. Mientras buscaba en su cajón, junto a la cama… su piel blanca parecía traslucirse al contraste de la poca luz que sólo la alumbraba a ella y de la escasa ropa negra, que le quedaba puesta. Tomo la cámara filmadora, L a grabo así en silencio por un par de minutos…
-Baila para mí…
Sus palabras eran órdenes frías en su cabeza, en su voluntad. Comenzó a bailar, no le quito ni un segundo la vista de sus ojos, le parecía verse reflejada en la luz que brillaba en esas pupilas dilatadas. Jugaba sutilmente levantando la camiseta de encaje, que hacía las veces de ropa interior y que hacía juego con las pantaletas que atrevidas dejaban ver al menos la mitad de su ”colita” como le llamaba él.
La música imaginaria que inundaba el ambiente, se adueñaba de sus sentidos, los elevaba, los revivía.
El seguía observándola sin dejar de grabarla, serio, incrédulo…
Ella tomo el vaso de vodka que había empezado a beber hace demasiado y que no pudo terminar. Lo bebió en lo que pareció un sólo sorbo, sin dejar de moverse al compás de esa música que parecía salir de ese hombre, que la disfrutaba en silencio.
Dejo el vaso a un lado, le quito la cámara y la deposito en el velador, tratando de enfocarle lo mejor posible y se le acercó.
Detuvo sus manos en el momento preciso en que él se disponía a tocarla, Y se alejó un poco, acercándose a su boca lo beso mientras le quitaba la camisa, despacio, disfrutando cada pedazo de piel que rozaban sus dedos. Todo parecía eterno incluso ese cuerpo que tanto ansiaba, todo era infinito como el tiempo.
-Déjame tocarte.
- No
Y el juego interminable que exasperaba sus sentidos.
Cuando él ya estuvo completamente desnudo frente a sus ojos. Se quito la camiseta de encaje y se recostó en la cama.
- Tócame…
Y sus palabras fueron una sentencia para él y su deseo.
Despacio le quito las pantaletas, despacio la acaricio, despacio la beso entera, cada centímetro de esa piel.
Despacio la amo, toda la eternidad. Despacio le susurro lo mucho que la amaba. Despacio le enseño como se sentía el paraíso en la carne. Despacio acaricio su pelo, hasta que se durmió entre sus brazos, entre su piel.
Le pidió con voz autoritaria, esa voz que la paralizo. Mientras buscaba en su cajón, junto a la cama… su piel blanca parecía traslucirse al contraste de la poca luz que sólo la alumbraba a ella y de la escasa ropa negra, que le quedaba puesta. Tomo la cámara filmadora, L a grabo así en silencio por un par de minutos…
-Baila para mí…
Sus palabras eran órdenes frías en su cabeza, en su voluntad. Comenzó a bailar, no le quito ni un segundo la vista de sus ojos, le parecía verse reflejada en la luz que brillaba en esas pupilas dilatadas. Jugaba sutilmente levantando la camiseta de encaje, que hacía las veces de ropa interior y que hacía juego con las pantaletas que atrevidas dejaban ver al menos la mitad de su ”colita” como le llamaba él.
La música imaginaria que inundaba el ambiente, se adueñaba de sus sentidos, los elevaba, los revivía.
El seguía observándola sin dejar de grabarla, serio, incrédulo…
Ella tomo el vaso de vodka que había empezado a beber hace demasiado y que no pudo terminar. Lo bebió en lo que pareció un sólo sorbo, sin dejar de moverse al compás de esa música que parecía salir de ese hombre, que la disfrutaba en silencio.
Dejo el vaso a un lado, le quito la cámara y la deposito en el velador, tratando de enfocarle lo mejor posible y se le acercó.
Detuvo sus manos en el momento preciso en que él se disponía a tocarla, Y se alejó un poco, acercándose a su boca lo beso mientras le quitaba la camisa, despacio, disfrutando cada pedazo de piel que rozaban sus dedos. Todo parecía eterno incluso ese cuerpo que tanto ansiaba, todo era infinito como el tiempo.
-Déjame tocarte.
- No
Y el juego interminable que exasperaba sus sentidos.
Cuando él ya estuvo completamente desnudo frente a sus ojos. Se quito la camiseta de encaje y se recostó en la cama.
- Tócame…
Y sus palabras fueron una sentencia para él y su deseo.
Despacio le quito las pantaletas, despacio la acaricio, despacio la beso entera, cada centímetro de esa piel.
Despacio la amo, toda la eternidad. Despacio le susurro lo mucho que la amaba. Despacio le enseño como se sentía el paraíso en la carne. Despacio acaricio su pelo, hasta que se durmió entre sus brazos, entre su piel.
3 Comments:
[ESPACIO EN BLANCO - USE LA IMAGINACIÓN]
Ja, ja...
Me gusta que las cosas vayan despacio.
Cuídatee.
Bye.
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