The end**.**

Talvez fue un día anómalo, no lo recuerdo bien, sí recuerdo lo que hice, a grandes rasgos, pero no recuerdo haber planeado ir a ese lugar, ni por que fui...
El asunto es que tome el bus, que no es el que tomo habitualmente, para llegar a casa, pero creo haber tenido la determinación, de quién sabe exactamente a donde va, aunque a decir verdad , no tenía idea donde me llevaba aquel bus. No recuerdo en que pensaba, no recuerdo nada, que en ese momento haya pasado por mi cabeza, quizás mi mente estaba en blanco. Me bajé, sabiendo con precisión, que ese era el lugar donde debía bajarme. No recuerdo que el día hubiese estado nublado o que el cielo amenazara con llover, pero al bajarme del bus y empezar a caminar, empezó a llover torrencialmente. No llevaba un paraguas para protegerme y camine sabiendo que mis pasos me llevaban, hacia ese destino, que no sé bien, quien o que me predetermino.
Camine alrededor de 20 minutos, por calles que nunca antes había visto, pero que mi inconsciente parecía conocer bien. La lluvia caía sobre mí, pero eso no me detenía. El agua corría por mi cara. Al doblar en una esquina, algo me estremeció, pudo ser la oscuridad de aquella calle o el frío. Encendí un cigarro y decidí que nada debía detenerme, apuré el paso, es probable que haya tenido miedo. Caminaba por una de las veredas hasta que alguna señal en mi interior me obligó a caminar más despacio, cruce la calle, ni un auto, ni una persona, deben haber sido las 20:00 hrs. pero extrañamente, ninguna de las casas tenían luz.
Una plazoleta muy oscura me esperaba, una figura irreconocible, aparentemente un hombre, sentado en una banca. Caminé hasta él, me pare, justo junto a sus piernas.
- Tardaste mucho, llevo mucho tiempo esperándote.
- lo siento- Bajé la cabeza, como quien es regañado por su padre. Este hombre sacó del bolsillo un cigarro, al encenderlo, pude distinguir su rostro, era joven, aunque no podría decir bien que edad tenía, unos 30 quizás.
- ¿Haz sido feliz?- me pregunto, desde la profundidad de su voz. Con un extraño brillo en sus ojos pardos.
- No, no lo he sido.
- Te lo advertí, pero no quisiste escucharme, la felicidad no esta hecha para nosotros.
- ¿Estas lista?
- Sí.
Me arrodille, entre sus piernas y apoye la cabeza en sus rodillas. Su mano se poso en mi cabeza y me beso en la frente. Sólo me resto cerrar los ojos y dormirme entre en el calor de sus brazos.
2 Comments:
Aún espero el relato...
cambio de tema, te aviso.
keres un pañuelo???
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