lunes, septiembre 04, 2006

Sequía**.*



Esta es mi tormenta hoy, la sequía, lo que tanto me ha aterrado por todos estos años, a llegado a su expresión máxima y pareciera ser irreversible.
Me torturo, frente a esta página en blanco y nada bueno sale, nada sale...
Empezó hace un par de años... la sequía de mi vientre, la búsqueda desesperada del hijo que nunca llego. Y todos los quiebres emocionales que vinieron con ello. Todos los limites traspasados, todas las dudas punzando en mi cabeza, en mi corazón, en mi vientre... y la búsqueda y la espera, hasta la desesperación. Todo perdido, tantos sueños, tantos planes, tantos esfuerzos, para nada, la sequía en mi vientre “no-fecundo”, fue mayor. Y con las esperanzas se fue el amor, la paz y aquello que parecía eterno.
Cuando lo perdí todo, por la porfía de este cuerpo, que no quiso hacer vida de mi amor, que no quiso ser cuna de una nueva vida.
Empezó el cambio en mí, el cambio más fuerte de mi vida. La sequía espiritual, la de los sentimientos. Deje de creer, era lógico, Dios parecía ser injusto, tantos hijos, dados a madres que no eran más que niñas, tantos hijos de las violaciones, tantos hijos del desamor, tantos niños no deseados, abandonados, asesinados en clínicas clandestinas, especialistas en la macabra práctica del aborto. Si, Dios era injusto y eso nadie podía discutírmelo; la sequía de los sentimientos, vino sola, el día que te fuiste, el día que casi me ahogue en mis propias lagrimas, por que no quisiste seguir luchando a mi lado, contra este cuerpo malherido, infértil y absurdo. Por que preferiste dudar, que creer. Y parece que con las lagrimas, derrame cada partícula de amor que conservaba en mi, derrame la capacidad de conmoverme, derrame y perdí la absurda capacidad de sentir, de volver a creer, de entregar. Al final era un esfuerzo inconsecuente y vano.
Entonces las cosas cambiaron, cada cosa cambio en mí. Cambie yo, deje de ser la niña tras el príncipe azul, para transformarme en la mujer sin escrúpulos que conociste. Que jugo en tus manos, hasta que se asqueo de destruirte, a ti y a cada fantasma que llegó después.
Me acostumbre a vivir así, sangrando siempre las mismas heridas, cayendo en los abismos del pasado. Secándome cada día más, hasta llegar hoy a esta sequía que me desespera, la sequía de la mente, de la única creación en mi, de mis castillos en el aire.
Y aquí estoy, sentada frente a esta página en blanco, secos los sentimientos, secos los recuerdos de tanto beber de sus aguas, secándose mis manos al no dejarse llevar por la pluma de mi imaginación.
Esto es lo que hoy me obliga a pensar, a replantear, a hacer de esta mi posible despedida...
Lo más cercano a una despedida.

Y esta puerta se ha cerrado...

1 Comments:

Blogger KiLLeR_yyt said...

NO, TU NO TE VAS. MI NIÑA, NOS QUEDAN MIL BATALLAS QUE GANAR, DESDE NUESTRAS TRINCHERAS O LUCHANDO DESDE EL MISMO LADO.
NO, ESTE ES TU LUGAR, EL LUGAR DONDE ENCUENTRO LO QUE NUNCA VAS A DECIR, EL LUGAR QUE RESPONDE PREGUNTAS.
NO, MI NIÑA... HAZLO POR MI, POR LOS TIEMPOS FECUNDOS. POR LOS SUEÑOS QUE TUVIMOS EN COMUN.
ACÁ TE ENCUENTRO, CUANDO ME PIERDO.
NO EXISTE LA SEQUIA, AMOR... SÓLO LAS POCAS GANAS DE LUCHAR.

10:55 p. m.  

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