Gritos

Desperté con el grito mudo de tu sueño, torturada, mutilada por tus manos... si, esas manos que tanto he amado.
Me duele el alma, o lo poco que queda de ella... “si es que algo queda de alma en nosotros” y te busco en el espacio vacío que dejaste y ya no estas... no estas más... Hace días que me olvide que para seguir viviendo debo respirar, ya no estas tú para recordármelo. “Pobre de mi, pobre de ti, pobre de todos los que amen así” Tus palabras recitando esas viejas canciones, hacen eco en mis oídos... te llevaste todo, incluso los pedazos de mi que no alcance a recoger, todo lo empacaste: mis sueños, mi vida, mi risa, mis sentidos... todo te lo llevaste en tu bolso vacío...
Despierto otra vez, como casi todas las noches, con el grito mudo de tus sueños, ciega de tanto mirarte, desorientada por tus pasos lejanos... olvide que para ver, debo abrir los ojos... Me duele la vida, si a esto puedo llamarle vida. Me pierdo en mis tinieblas, en los túneles que tu cavaste para huir de aquí. Para no ser mi victimario impasible. Sólo me dejaste el viejo disco de Silvio, para que no olvidara que tú abriste ese mundo en mi... “No quisiera un fracaso, en el sabio delito que es recordar... y reír y reír y reír, madrugadas sin ir a dormir, si es distinto sin ti, muy distinto sin ti”
Despierto, a mitad de la noche, ya me acostumbre a tus tortuosos gritos en mis desorientados sueños... y no siento el viento que se cuela despacio por la ventana abierta, aún cuando el frío pinta de violeta mi piel, como tu boca pintaba rosas moradas en mi cuerpo... Tus labios ya no son mi mordaza y aún así, no puedo llamarte, no puedo pedirte que no te vayas otra vez... por que ya no sé si pueda esperarte... ya no puedo abrir mis alas, no me quitaste las amarras, con las que me atabas a la cama, por el temor a que volará lejos de ti... Nunca comprendiste que en la mitad del camino que recorrimos, yo ya no quería huir de tu lado.
Esta noche, desperté ahogada en mis gritos... en las tinieblas de tu vacío, en la ausencia de tus manos. Adoloridos mis labios, por la carencia de los tuyos... desamparado mi cuerpo, sin el calor del tuyo... encendí un cigarro y salí al balcón... La lluvia azotaba esta ciudad desolada... mi sueño se repetía en mi mente, una y otra vez, inquietando a mi alma, el viento parecía querer llevárselo todo, como tú, cuando partiste... Apagué el cigarro y volví a la cama, en silencio. Como siempre, como desde él día que partiste. Le recé a tus demonios, para que sigan cuidando de ti y saque la última de las 62 cartas tuyas que he recibido, desde que ya no estas... la volví a leer, la abrace, conteniendo las lagrimas, que tú adiestraste, para que no salieran. Como si en ese maldito y estúpido acto, se pudiera ir mi vida... y me dormí así, aferrada a tus palabras, lo único real y tangible que me queda de ti.
Espero tus gritos, en mis noches... en todas mis noches...
“Y te daré todo y me darás algo,
algo que me alivie un poco más...”
3 Comments:
"...como un documento inalterable...yo vengo a ofrecer mi corazón..." Cuando uní el contenido con la imagen, me recorrió un escalofrío por toda la columna vertebral...muy fuerte, pero sublime, te felicito!
esta lindo este escrito.
"¿quién dijo que todo esta perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón...
tanta sangre se llevo el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón"
Gracias... por las felicitaciones y por venir por acá.
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