Despiertos*.*

No recuerdo como fue que llegué ahí, talvez fue un sueño, inspirado por alguna canción… talvez tanta palabra de amor. Me Acerque en silencio, para sentir el aroma de tu piel, el aroma de tus sueños más plácidos y te susurre un te amo, en tu oído izquierdo, te di un beso en tu espalda desnuda y te sobresaltaste, creo que el frío te invadió, pues buscaste en vano, las ropas de tu cama, para cubrirte. Te llamé con tu nombre mudo, como lo hago en todos los sueños, en todos los encuentros.
-Soy yo amor, despierta, que tenemos poco tiempo.
Volteaste confundido, me miraste atónito,
-si amor, estoy aquí, no podía dormir...
y sonreí. Pero tus palabras no salían de tu boca, tus palabras y tus ojos no se movían.
-No, no puedes ser tú, es mentira, no estas aquí.
-Amor, soy yo- ya no podía sonreír, mis ojos lloraron las mil lágrimas que he sostenido en todo este tiempo.

- Pensé que el día que estuviera frente a ti me abrazarías, me besarías y Sonreirías.
-¿Qué haces acá? ¿Cómo entraste? ¿cómo llegaste?
-No lo sé, pero estoy aquí, necesito tu abrazo, tu calor, amor, esta noche es la más fría de mi vida.
Tomaste mi mano, y temblabas, ¿ por el asombro, por el frío de mis manos, por es miedo?, no lo sé, no te lo pregunté, (quizás hoy sea un buen día para que me lo digas. Pero eso sólo si quieres…) Entonces, cuando tus manos y las mías se reconocieron, me acercaste a ti, me sentaste en tus piernas, y me abrasaste, como si fuera la única vez en la vida que tu pecho y el mío fueran a tocarse, como si nuestros corazones no tuvieran otra oportunidad de hablar en sus latidos. Llorabas y lloraba yo, el sabor de tus lágrimas en mi beso, en ese beso en silencio, profundo, cargado de amor y pena, cargado de distancias y esperas.
-Te amo, mi niña, te amo…
-Tengo frío amor, no me dejes, no dejes de abrazarme.
Me invitaste sin palabras a tu cama, con tu cuerpo pegado al mío, me hiciste acostarme junto a ti, mirando mis ojos, me pediste un beso y así, tu cuerpo y el mío siendo uno, tus labios jugando en mi boca, tus manos recorriendo mi cuerpo, me dormí toda la noche… Abrigada en tu amor, protegida en tus brazos, respirando de tu aliento, el calor de tu cuerpo, reviviendo la esperanza de mis huesos.
-Si mañana no estas cuando despierto, sólo quiero que no olvides esto: Te amo, y eres mía, mía… sólo necesitamos un poco más de tiempo, no te des por vencida, no dudes de mi amor, no dudes de esto.
-Si, mañana no estoy aquí al despertar y no encuentro tus ojos, amor, no olvides que soy tuya, por que así lo decidí, por que eres lo único que quiero, que me enseñaste la paz, el amor, la fe, que siempre te espero. No olvides que tú eres mío, mi felicidad, mis sueños. Que te he amado tantas vidas, tantas veces que esto sólo es un reencuentro. Que mi cuerpo, sólo sabe de tu cuerpo, que mis manos, sólo necesitan el calor de las tuyas, que mis labios, sólo esperan tus besos. Que algún día volveremos a estar juntos, que tú serás quien me lleve al cielo, como lo has hecho hasta ahora. No olvides que eres el dueño de todo lo que tengo…
Volví a cerrar los ojos, tu boca y mi boca desenfrenadas juntas se durmieron.
Quizás no estés mañana… pero tu aroma se ha impregnado en mi alma y tu sabor, esta en mi boca y tus manos arden en mi cuerpo.
-Alarga la noche, mi amor, no quiero saber que viene, has que esta noche sea eterna.
-Duerme tranquila mi niña… Que yo voy a detener el tiempo.