Eterno*.*

Eran tus manos tan reales en mis sueños y tenía tanto miedo… era lo que había esperado durante tanto tiempo, pero temblaba, mi amor… temblaba desnuda ante tus ojos.
Tomaste mis manos, para apegarme a tu cuerpo, para calmarme, para que tu calor y mi piel se conocieran. Para enseñarme el amor. Susurraste en mi oído un “te amo” que resonó por muchos segundos en mi cabeza., tus manos grandes y fuertes cubrieron mi temor. Tu boca se abrió camino por mi cuello y me regalo las llaves del cielo.
Tú amor y mi amor sin limites, sin banderas; como nunca antes, se fundieron en mi sueño, tejido con tus palabras, con tu cuerpo, con el calor que nace de tu alma y abriga a mi ser.
Y soñé por mil horas, que el cielo era nuestro, que en ese preciso lugar empezaba y terminaba todo el universo. Y ahí descubrí que tanto placer nubla la vista, que tanto amor duele, que el corazón no tiene palabras para describir, pero puede inventarlas en nuestro lenguaje.
Una vez me preguntabas como podía saber que tan grande era el amor por ti y tuve mil razones claras para darte,
Pero esta noche, en este, nuestro sueño, sólo quiero que lo veas en mis ojos… que busques en mi piel…
Soy tuya, amor… soy tuya y tienes todo de mí y sólo deseo que este sueño no termine nunca o que me muera mañana, con tu sabor en mis labios y este estremecimiento, por tanto amarte. Sólo quiero que la vida me regale este momento eterno, para atesorarlo toda la vida, toda la muerte.
Sólo quiero que me ames así siempre.