Todo se acaba*..*..*

A veces parecía que todo sería eterno, las risas, los momentos, tu compañía silenciosa al cerrar nuestras puertas, tus manos, el cielo y el infierno. A veces parecía que nunca deberíamos pagar las facturas de este pecado.
Pero hoy tú voz al otro lado de la línea, me saco de golpe de este pedazo de quimera. Y me sacudió el letargo. Tú voz echo por tierra mi convicción, de haberte olvidado, de que nada pendiente quedaba entre las líneas de esta historia.
Si, tú me trajiste de vuelta a la vida, cuando todo se había derrumbado, bajo su puño de muerte, tú me enseñaste la parte del amor, que nunca antes aprendí, tú fuiste quién me enseño que nada terminaba en la vida, mientras nos quedara vida. Pero también fuiste quién me desterró de tu paraíso de mentiras no dichas, de supuestos, de miedos y engaños.
Tú fuiste quién me dio un nombre nuevo, para nombrarme en sueños, fui yo quien te bautizo con el nombre que se tatuaba en tu alma. Para que nadie supiera cual era ese secreto que habíamos atesorado.
Y se nos fue la vida de tanto amarnos, sin saber cómo hacerlo... yo con mis miedos, con los traumas que me dejó el oscuro pasado del que me salvaste y tú por no saber hacia que lado inclinar la balanza de tu vida, por el miedo, siempre justificado de no querer perder, lo que te mantendría siempre en la lucha, incluso cuando lo nuestro estuviese perdido.
Serrano me susurra al oído hoy, sola en esta habitación que no es mía, en esta ciudad de las maravillas, que no es la mía, donde nada me pertenece. Serrano no te encontró esta vez, aferrado a mi cuerpo, desapareciendo del mundo y Silvio calla, por que no están tus ojos durmiendo despiertos.
Siempre al final, sólo nos queda el silencio, detrás de la línea o mientras volvemos... ¿La cobardía hablo otra vez por nosotros?