domingo, agosto 06, 2006

Silent and Darkness


Hablaba Esteban, como quién expone, sobre algún tema de actualidad y mucha importancia, de mi nuevo carácter, que él ha denominado como “Silent and darkness”... Siempre me ha disgustado que hablen de mí, como si yo no estuviera. Y el rito se repite, me paro y me voy, es casi la media noche y estoy muy cansada, como para soportar, otra vez está extraña posición adoptada por el “Tán” , si mi mejor amigo, pero no estoy de humor, para criticas.

Decido que lo mejor es caminar. Para aplacar estas ganas de desaparecer, que últimamente me carcomen.

Pero ni el largo paseo, ni el frío de esta noche de agosto, ni la inexplicable desolación de estas calles, que antiguamente a está hora se atestaban de gente, han podido calmar mi lucha. Llego a mi casa, abatida... me tiro en la cama y pienso, ¡qué mala idea!.

Silencio y oscuridad, tú silencio y tu oscuridad y mis manos, casi deciden por mí, tomar el arma y disparar, parecen tener plena autonomía, para decidirlo; pero no... y el sueño me vence.

Domingo, otro maldito Domingo, de esos que no puedo soportar, tan vacíos, tan absurdos... Tan carentes de vida, empiezo a odiar este lugar y todos los lugares, los comunes y los propios. Todos tan cargados de nostalgia... Recuerdo haber leído alguna vez, en alguna parte, hace mucho tiempo, que en griego, nostalgia es el dolor del retorno, nunca he podido olvidar ese concepto. “Un deseo de volver, a un momento a un lugar, en el que nos sentimos enteros, plenos”. Eso es, tengo nostalgia, ¿desde qué te fuiste?...

Hay cosas irreparables en la vida, y me duele descubrirlo, como tu muerte... Ni todos los ritos que invente ni los tradicionales, le dieron consuelo a mi alma. No es justo, el dolor y la nostalgia van a vivir por siempre conmigo, no es justo... no me acostumbro a tanto silencio y tanta oscuridad, pero la compañía de las personas en general, me colapsa. Me estoy yendo hacia adentro, no quiero salir, no quiero oír, no quiero ver, no quiero hablar, ni sentir. Prefiero dormirme aquí, arrullada por tus recuerdos... consumida en este negro silencio. Si, el Tan tiene razón, pero no quiero oírlo... no quiero que me lo refriegue en la cara. No quiero que de su cátedra, de cómo se empieza de nuevo, que la vida no se ha terminado, que hay que darle la oportunidad a otras personas.

No quiero, prefiero seguir mi vida como si hubiera seguido a tu cuerpo inerte, hasta el frío lugar en que descansa... entre el silencio y la oscuridad.

1 Comments:

Blogger PSICONAUTA said...

"El momento más oscuro de la madrugada es exactamente justo antes de amacer." Y para ver la luz hay que transitar primero por los caminos de la madrugada...
Yo tengo el alma llena del rosío de la madrugada, pero también colmé el cuenco de mis ojos con lo más sublime de los amaneceres, todos son diferentes, no hay dos igules, son las huellas dactilares del cielo, ahora impresas en mis retinas, ayer lo vi solo sentado en un horizonte lejano de mi tierra, de pié y solo, mañana ya no lo veré solo, porque vas a estar conmigo, sintiendo la tibieza en el rostro frío, en las manos temblorosas, en los ojos que emanan miel, caramelos y nectar de los dioses, Eros y Afrodita serán testigos, el viento regará nuestros silencios por el mundo, y las nubes darán voces de alegría, pues una ves más, la luz no ha prevalecido ante luz..."
continúa...en mi "realidad paralela"

10:15 a. m.  

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