4 ME... 4 U TOO...

Quien pudo mirar a los ojos a la muerte
Quien pudo decirle que no a la vida
Quienes dijeron que siempre sería cobardía.

Quien espero al invierno en silencio
Quien dejo que la noche lo ensombreciera todo
Quien optó por la soledad y se negó a la vida.

Quien se derrumbo ante el poder de tu sonrisa
Quien llamo tres veces a tu puerta
Mojada en medio de la tormenta.

Quien quiso ser fantasma en tu memoria
Quien olvido que el llanto no ahoga la pena
Quien grito mi nombre, mientras dormía.

Quien acarició la luna en mi cuerpo
Quien te beso los sueños y las pesadillas
Quien te regalo sus manos frías.

Quien imagino que si existías
Quien decidió arder en el sol de tus pupilas
Quien se paro frente a ti y bailo tus melodías.

Quien se desarmo bajo tu cuerpo
Quien se hizo aire en tus respiros
Quien fue fuego en mis entrañas.

Quien en un beso me regalo el mar
Quien en un abrazo me enseño a amar
Quien araño tu espalda para no naufragar.

Quien me enseño a creer en el mañana
Quien quiso regalarme esperanzas que no anhelaba
Quien me aferró a la vida, que no quería.

Quien creyó tus mentiras
Quien obvio mis silencios
Quien me regalo paz esa mañana.

Asfíxiame

Si mi salvación es la muerte, mátame ahora…

Asfíxiame, lentamente en medio de tus besos y tu ego
Asesíname vilmente y sin piedad
Regálame una noche de tus sueños
Déjame hacerte creer que soy tuya
Que siempre lo seré
Que no conozco lo suficiente de ti
Y creo en tus palabras, con fe ciega.

Déjame vivirte, respirarte y jurarte
Que nunca nada va a atarnos

¿Cómo se puede amar así, mi melancolía?
¿Cómo se hace para no morir de celos?

Tú eres la nostalgia en mis sueños…
Justo antes de llover.
El dolor de mi retorno, a ese lugar
A ese cuerpo infinito
Donde fui entera y eterna.

No te prometo amor melancolía
No te lo pido tampoco, ¡Mentira!

Sólo necesito morir asfixiada
Por tus manos y tus besos.
Morir embriagada, en tu mirada,
En tus mentiras
Morir, así enloquecida,
Bajo tu noche, sobre tu cuerpo.

Morir por tu amor o tu obsesión
O tu locura…
Y ser la canción y la sombra
Que te haga recordarme
una noche cualquiera.

MI MELANCOLÍA...

“Entonces como no puedes dominarme aún hoy te haré el amor, aunque no estés aquí... mi cabeza, mi mente, y mi cuerpo reaccionaran por ti.”- Me dijo así sin más…

Esa noche no pude dormir, o eso creo.

Habíamos hablado de buenos deseos, de alguien que me hiciera feliz, de mis manías y sus malas costumbres; de su manera de enfrentar una relación, de causar daño. De fidelidad, de amor y sexo… de Mike y su madre clasista, de mi tristeza actual. Habíamos hablado tanto., que el sushi no me antojo y el vodka se deslizo como agua por mi garganta. Puse una película romántica para evitar la otra. Película que al final a penas y mire lo suficiente.

Lo pude imaginar enloqueciendo a una mujer esa noche y olvidando su discurso.

Su imagen constante latía en mi mente, su posible aroma, la suavidad y fuerza de sus manos me perturbaban. Mil palabras resonando en mi cabeza algo confundida por el alcohol. No, no le gustan las mujeres que beben, quizás por eso bebí con más ganas esa noche.
Al final el vodka y el cansancio pudieron con mi obsesión y le hicieron caso a sus palabras inspiradas en los celos y el sueño vino a recogerme, a cobijarme…

Ahí estaba, de pie frente a mí, cantaba “Alelí” y sonreía. Ahí estaba amenazando a quien osara enloquecerme, con una buena dosis de puñetazos... frente a mí y a mi deseo. La mezcla perfecta y justa de ternura y coquetería, de pasión y mentiras. Un excelente profesor y una alumna muy lista... no había nada mejor.

Sus ojos de melancolía se detuvieron en los míos y encontraron en mi mirada esa suplica… me dijo te amo y sonreí… no se conmovió mi alma, pero si se estremeció mi piel, justo lo que buscaba. Sus brazos me atrajeron a su cuerpo y su boca lentamente busco la mía… “Estoy pensando en ti, mi amiga imaginaria”, me dijo y su lengua se abrió paso suave por mis labios.

A lo lejos se oía mi celular, insistente… me obligo a despertar. Miré la hora, las 02:00 am. Y cinco llamadas perdidas.

-Hola, duermes
-Dormía, ¿Qué pasa?
-Nada, ando por acá cerca y me acordé de ti. ¿Puedo ir a verte?
-Está bien. Te espero…

En fin, la carne necesita con más intensidad que el corazón… Hoy sonrío relajada y los vecinos me miran de reojo.

Pensé en ti, yo también pensé en ti...

http://callemelancolia.blog.com.es/

Las Estadísticas.*.

Todo partió por hacer el recuento, el necesario…

Repaso su vida dos veces, extenuantemente.
Repaso la situación minuciosamente, era necesario.
La examino, como si fuera la condena de algún dios.

El resultado, valió la sangre que se volvió a derramar:

Dos veces, las estadísticas de su vida lo dicen;
Sólo dos veces comete el mismo error.

Ya no volverá a suceder.

No la hace feliz, pero le regala calma.