viernes, diciembre 22, 2006

¡¡¡¡MELANCOLÍA, ESTO ES PARA TI!!!!!

miércoles, diciembre 13, 2006

Esquina Infinita*.*


Era una esquina infinita de noches eternas y claros amaneceres. Infinita de paz y tempestas, un lugar donde sólo entro mi alma desnuda. Campo de flores y escombros de guerra, que la cobijo de amor y pasión, de la dulzura más suave.
Era un espacio suspendido en el tiempo, como la imagen guardada en mis retinas, de esa vieja casa junto al mar y tus recuerdos de un gran ventanal, donde chocaban tus olas inquietas, desarmando mi cuerpo desnudo.
Lugar donde tus palabras hablaban con el lenguaje mudo de las caricias. Era una esquina infinita de heridas añejas, inundadas de nuevas esperanzas. La esquina de tus sueños, cambiando mis absurdas realidades. Esquina donde me invitaste a vivir hasta la muerte, donde prometiste esperarme.
El lugar exacto en donde desaparecieron mis miedos, mis fantasmas. Donde aprendí a levantar con mis propias manos, los escombros de los derrumbes que azotaron mi vida.
Tu esquina infinita... Ese lugar donde deje de ser sólo la sombra, arrastrando las grillas de mi dolor sin sentido. Y me llene de vida y de amor. Un lugar donde sólo existiamos tú y yo.
Y que hoy no es más que una esquina cualquiera, igual a tantas otras. Por donde transitan los ojos que tanto adoras y tantos otros.
Hoy no es más que una banca, en un lugar común y corriente, en donde sentada a veces te lloro, mientras el frío me congela. En donde el silencio ahoga los ecos de mi dolor.
Hoy no es más que una esquina gris, que huele a muerte, donde se desvanece mi estupida fe. La esquina en donde el viento, justo antes de doblar, dibuja llagas en mi cuerpo y desintegra mi malherido corazón, que antes tú arrancaste de cuajo, con tus manos ensangrentadas.


"Soy el incierto caminante
que transita tu resignación...
No ves que no quiero ver
lo que fui, lo que soy,
lo que pude ser"

sábado, diciembre 09, 2006

El desamor


Me miro como quien carga con el mundo en su espalda y me dijo con tono seco:
“Ella ya no me ama, y yo la amo más que nunca. Lo vi en sus ojos, apenas nos encontramos. Lo sentí en sus palabras, en su distancia.
Si, me tiene cariño, pero el amor que me mantenía vivo, ese amor que yo sabía a ciencia cierta que ella sentía, ese que era mi motor para comenzar a vivir cada día, se esfumó y no puedo reclamarlo; yo no podía darle nada.
Desde ese día mi vida a cambiado en 360º. Era mi esperanza, mi luz, hoy no me queda nada.
Era simple, yo podía levantarme en la mañana, mirar a mi alrededor y decir: Esta mujer que durmió toda la noche a mi lado, me detesta tanto como yo a ella, este lugar es una mierda, todo esta a punto de romperse, pero eso no importaba ¿sabes porqué? Por que mi corazón sabía que a esa hora ella se estaba despertando, sacudiendo de su cuerpo el sueño tibio de la noche y ahí intacto, como todas las mañanas, su primer pensamiento para mí.
Por que si mañana quería verla y sentir su amor y su calor, sólo debía llamarla.
Por que ayer si yo quería silencio, ella callaba; si quería palabras, ella me hablaba; si necesitaba música, ella cantaba; si quería su piel, me abrazaba; si necesitaba cobijarme, ella me abría su cuerpo. Y hoy si la necesito, sólo choco con el vacío.
Es triste, debí terminar con todo, darle mi vida, como ella me entregaba la suya. Retenerla eternamente en el calor de mis brazos, para evitar que el sentimiento en ella se congelara. Es difícil despertar maldiciéndome por mi cobardía, debí ver que vivir al costado del camino de mi vida, la hartaría.
Es casi irónico, en el amor se puede renacer, pero el amor no renace.
Y el amor que siempre he sentido por ella, hoy rebota en la pared de su desamor. El desamor que me devuelve mi reflejo en sus pupilas.
Me equivoque al pensar que su devoción por mí, era una fuente inagotable de aguas claras.
Ya no me ama, lo vi en sus ojos apenas nuestras miradas se cruzaron. Lo sentí en cada palabra que salió de su boca. Y eso amigo, es como saltar al vacío, sin red.”

Quise decirle que era un care’ palo, el más grande que he conocido, pero yo estoy en el mismo lado de la vereda que él. Me limite a dejar que el miedo que sentí ante la idea de que tu dejaras de amarme, me estremeciera. Me limite a ponerme de pie, para hacer mis maletas.

domingo, diciembre 03, 2006

To Killer*.*


Perdida en el silencio de tus tristes pupilas, volví a encontrarme hoy, repitiendo incesantemente en mi corazón ¡Dios mío, cuanto te amo!. Y el mundo entero se detiene, se desvanece a nuestro alrededor.
Y vuelvo a creer en la esperanza, en la honestidad y en el amor.
¿Es posible que te ame tanto?...
Te conozco como la palma de mi mano y sin embargo para mi alma aún es un misterio lo que guardas en la tuya.
He sentido tu cuerpo temblando jadeante sobre mi cuerpo, pero a veces olvido como queman en mi piel, las olas del mar de tu piel.
Las horas más felices de mi vida han sido las que he vivido contigo, caminando despacio de tu mano, estremeciéndome al compás del vaivén de tu cuerpo, asfixiándome en la desesperación de tus caricias. Intoxicándome en el miedo de tu ausencia. Si, he sido tan feliz contigo, incluso en cada detalle y aún así, eres la pena más profunda en mis recuerdos.
Mírame, mi vida, no hay amor más grande, más real, más eterno que este que te espera callado y dormido hoy, suspendido en el tiempo. No hay duda, ni razón, ni filosas verdades capaces de destruirlo.
Mírame, te amo tanto que si me necesitas lucho con mis manos contra los obstáculos que detienen tu eterno esfuerzo.
Mírame a los ojos y dime que te he amado más de lo que debo. Dime que no esta bien empeñar mi alma, si es necesario para salvarte. Dime que nunca más vas a detener tu vida, incluso en la mitad de tus noches, para salvarme de mi locura.
Mírame con tus ojos de adulto, del hombre serio que asesina al niño que me mira con pena, desde tus profundidades y dime que ya no hay más tiempo, ni más noches, ni más eternidad. Mírame con la determinación de quien destruye este amor, que nos ha salvado tantas veces, de este amor a prueba de balas, de debilidades, de bajezas, de palabras desmedidas, de vacíos abismantes. Y demuéstrame que he estado equivocada, que todo esto que he pensado, mientras me miras y me hablas, con el whisky en tu mano, mientras me sonríe el niño que adoro en ti... no es más que otro sueño.