Sentirte... Nunca dejar de sentirte (Para M. con cariño)(Para ella, con amor)

Mirarte y morir en el brillo de tus ojos
Mirarte y decidir que quiero que el mundo desaparezca
Encontrarte en la nada
Y desvanecernos los dos, solo tú y yo.
Talvez la luna y la noche
Nos regalen caricias de plata
Talvez sea la última vez
Antes de perdernos…

My infinite Sadness...

Entré a ese cálido lugar de nuestra imaginación...
Ese lugar común, lleno de vibraciones
De palabras, de susurros, de secretos.
Lleno de tus sueños y mis pesadillas.

Entré al palacio de nuestro amor imaginario
Y en el aire aun flotaba tu olor
Y resonaba la melodía de tus noches solitarias.
Entre y camine sobre tus huellas
Y acaricie los rincones por donde pasaron
Tus manos tibias y el calor aún se conservaba intacto.

Toda tu melancolía giraba en círculos
Rodeando, abrazando mi cuerpo de amanecer frío.
¿Por qué nos cuesta tanto?
Te extraño…
Tu puño firme firmaba en la pared…
Tome la pluma y mis manos temblorosas
Te dejaron un mensaje para la próxima vez
Que el azar decida convertirte en sol
Y hacerme luna…
Las cosas grandes siempre cuestan…
Te extraño también…

La melancolía más hermosa entibia mi corazón
La nostalgia enorme de vivir en ti…

VeN...

Ven, te invito a ser la serpiente
Acechando mis pasos cansados,
En la orilla de mi río eterno
Esperando el momento justo
En que un descuido de mis pies descalzos,
Te permitan enrollarte en mi piel
Saborear el miedo de mi carne
Estrangular mi alma…
Ven, sigue sigilosamente
El ritmo de mi andar,
Confúndete con la hierba
En la que se hunden mis huellas,
Devórate el aroma dulce de mi terror
Hipnotízame con tus ojos
Envuélveme en el frío de tus manos,
Clava tus dientes en mí
Y rodéame de tu amor

¿Cuidarme?
¿Acaso no ves que no quiero cuidarme de ti?

Re-encuentro...

Caminos que se terminan
Esa llanura que dejó de existir,
Que desapareció bajo sus pasos.
La sangre de su mar
Como un torrente furioso;
Cada embestida devastando,
Robándose los largos respiros
De las entrañas de esa tierra,
Conquistada hace mil años.
No hubo nombres, ni palabras
El lenguaje más primitivo
Lo unió a ese paisaje de sus sueños.
Araño las piedras, con devoción
Para dejar las marcas de sus uñas.
Tenía derecho a destruirlo todo
Era su lugar, tan suyo como ningún otro
En el mundo entero.
El cielo le devolvió la mirada
El viento le susurro al oído
Un poema de amor.
Como un ángel rendido
Cayó en la hierba
Lo último que sintió
Fue el aroma de las flores.
Beso con el dolor contenido de sus labios
El verde que lo recibía
Y se durmió eternamente.

SiLeNCiO...

Silencio…
Nadie te ha pedido
Nadie te obliga.
Nadie te ha exigido nada,
Perdona a esta extraña presencia
No esperada…
Bajo tu mano tiembla una pluma
Como yo bajo tus palabras…
Silencio…
Desde el fondo de tu alma
El silencio se eleva y canta.
El silencio de tu ser.
Me embarga, me envuelve…
Me atrapa.
Tus ecos, hacen palabras.
Silencio…
Que tu laberinto no acaba
Y yo me escondo de la vida
Añorando la soledad que mata.
Me mude al fondo del mar.
Nos separa la gran distancia
De tu azotea alta y sofisticada
Y mi castillo de arena y algas.
Silencio…
Todo empieza donde acaba.
En una mirada, en un beso,
En una gentil palabra…
Silencio…
La muerte viene y me reclama,
Justo cuando el viento,
me trae tus palabras.